Sacudimos el corazón de Sanfermines con una Pietà que exige extender la compasión también a los toros
En una imagen poderosa que evocó a la Virgen María sosteniendo el cuerpo de Cristo, activistas de AnimaNaturalis y PETA denunciaron este 5 de julio en Pamplona que la tauromaquia es un “pecado” contra la compasión. La performance, realizada frente al Ayuntamiento, ha avivado un profundo debate en la sociedad navarra y española sobre el futuro de las corridas de toros en pleno siglo XXI.
Pamplona amaneció conmovida este sábado por una imagen tan simbólica como desgarradora: una mujer caracterizada como la Virgen María sostenía en sus brazos a un activista que encarnaba a un toro yacente, en una representación que replicaba la célebre Pietà de Miguel Ángel. A su alrededor, decenas de personas desnudas, con cuernos y el cuerpo manchado de rojo, completaban una impactante performance que denunció el dolor silenciado detrás de las fiestas de San Fermín.
Organizada por AnimaNaturalis y PETA bajo el lema “Tauromaquia es pecado”, la protesta se convirtió en una de las más poderosas de los últimos años. No solo capturó la atención de medios internacionales, sino que también sembró un incómodo pero necesario debate sobre el lugar de la tauromaquia en una sociedad que cada día muestra mayor sensibilidad hacia el sufrimiento animal.
“La tauromaquia no solo es una práctica violenta y anacrónica, sino una contradicción flagrante con los valores de compasión y beneficencia que supuestamente encarna la Casa de la Misericordia”, declaró Aïda Gascón, directora de AnimaNaturalis en España. “Es inaceptable que una institución religiosa, fundada en la caridad, se lucre con la tortura de animales, cuando incluso antiguas bulas papales ya la condenaban como una barbarie”.
La crítica no es gratuita ni simbólica. Las raíces religiosas de Pamplona y de su emblemática Casa de la Misericordia —entidad que organiza los encierros y gestiona la plaza de toros— hacen aún más llamativa la paradoja: mientras se ayudan a personas vulnerables, se perpetúa el sufrimiento de animales por entretenimiento.“Reafirmar que la Tauromaquia es pecado en el corazón de Sanfermines no es solo una declaración animalista, sino un recordatorio de los principios éticos y de compasión que deberían guiar a cualquier institución, especialmente una de carácter religioso”, enfatizó Gascón.
El mensaje también se apoya en la historia. En 1567, el Papa Pío V condenó explícitamente las corridas de toros en la bula De Salute Gregis Dominici, calificándolas de “espectáculos vergonzosos propios de demonios” y prohibiéndolos bajo pena de excomunión. Aunque posteriormente se flexibilizó esta condena, el origen moral del repudio permanece vigente.
Este año, además, la protesta ha coincidido con una encuesta ciudadana impulsada por el Ayuntamiento de Pamplona, en la que los vecinos pueden opinar sobre los encierros y las corridas. Una consulta histórica que refleja una sociedad que ya no quiere ignorar la violencia en nombre de la tradición. “La encuesta que el Ayuntamiento está realizando es una oportunidad histórica para que los pamploneses y pamplonesas expresen su verdadero sentir”, destacó Gascón. “Es hora de construir unas fiestas libres de maltrato animal, donde la alegría no se base en el sufrimiento”.
El rechazo social a la tauromaquia no es anecdótico. Según el último estudio de la Fundación BBVA (2025), el 77% de los españoles exige su abolición, y la valoración media de esta práctica ha caído a 1,8 sobre 10, especialmente entre los jóvenes. A esto se suma el dato del Ministerio de Cultura, que muestra una asistencia marginal a las corridas: solo el 5,8% de los ciudadanos ha acudido alguna vez a una plaza.
Pese a ello, Navarra sigue destinando fondos públicos a festejos taurinos, como los 750.000 € aprobados en 2020 para paliar los efectos de la pandemia en el sector, o contratos millonarios como el de Tafalla para organizar eventos taurinos entre 2022 y 2023. “Es una paradoja que se sigan invirtiendo millones de euros de fondos públicos en un espectáculo que una inmensa mayoría de la ciudadanía no quiere y considera cruel. Es hora de dejar de malgastar el dinero de todos en una práctica en declive y escuchar el sentir de la sociedad”, concluyó Gascón.
Con una performance que ha quedado grabada en la retina colectiva y una demanda ética cada vez más clara, AnimaNaturalis y PETA llaman a repensar unas fiestas que pueden evolucionar sin perder su identidad, pero ganando en humanidad. Porque celebrar la vida no puede hacerse sobre la muerte.
Fotografías de @ronaldinyo